El Telescopio James Webb revela hielo recién formado en la superficie de Europa
Un hallazgo clave que refuerza la idea de que el océano subterráneo de Europa podría estar conectado con su superficie

Gracias a nuevas observaciones del Telescopio Espacial James Webb (JWST), un equipo internacional de científicos ha detectado indicios de actividad reciente en la superficie de Europa, una de las lunas heladas de Júpiter. Esta investigación, publicada en The Planetary Science Journal (mayo de 2025), proporciona las pruebas más claras hasta ahora de que materiales del interior de Europa están emergiendo y modificando su corteza helada.
Europa es uno de los principales candidatos en la búsqueda de vida más allá de la Tierra, debido a su inmenso océano subterráneo que yace bajo una capa de hielo. Lo que se desconocía hasta ahora era cuán activa seguía siendo su superficie y si ese océano podría comunicarse con el exterior.
Hielo cristalino en regiones específicas
Los investigadores utilizaron el instrumento NIRSpec del telescopio JWST para analizar la luz reflejada en la superficie de Europa y encontraron una señal específica: un «pico Fresnel» en la longitud de onda de 3,1 micrómetros. Este pico es una firma del hielo cristalino, un tipo de hielo que se forma a temperaturas relativamente cálidas y que con el tiempo se vuelve amorfo debido a la radiación espacial.
Sorprendentemente, este pico solo apareció de forma clara en dos regiones del hemisferio sur de Europa: Tara Regio y Powys Regio. Estas zonas ya eran conocidas por su aspecto caótico, como si el hielo se hubiera roto y vuelto a congelar, lo que sugiere procesos geológicos activos.

“El hecho de que encontremos hielo cristalino en la superficie, a pesar de la intensa radiación de Júpiter, indica que se ha formado o ha sido expuesto recientemente”, explicó Richard Cartwright, autor principal del estudio.
Una superficie en constante renovación
La radiación del entorno joviano tiende a destruir rápidamente el hielo cristalino, convirtiéndolo en amorfo en apenas unos 15 días. Esto implica que algo —como actividad térmica o geológica— está constantemente regenerando el hielo cristalino en esas regiones.
Además, los científicos también identificaron dióxido de carbono (CO₂) en estado sólido, incluyendo una forma rara llamada 13CO₂. Esta sustancia probablemente proviene del interior de Europa, transportada hacia la superficie por procesos que aún se están investigando.
¿Un vistazo al océano interior de Europa?
Los resultados respaldan la idea de que el hielo y los compuestos observados podrían provenir del océano subterráneo de Europa. Si ese es el caso, estudiar estas zonas podría ser una ventana directa al ambiente donde podría existir vida microbiana.
Este estudio es también una valiosa preparación para la llegada de la misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará en 2024 y llegará a Júpiter en 2030. Esta misión buscará comprender en detalle la estructura del hielo, la química de la superficie y la habitabilidad del océano interior de Europa.
Gracias al poder del telescopio James Webb, los científicos están descifrando los secretos de Europa desde la distancia. Las evidencias de hielo cristalino recién formado y compuestos provenientes del subsuelo refuerzan la idea de que esta luna es geológicamente activa, y por tanto, un lugar aún más prometedor en la búsqueda de vida en nuestro sistema solar.
Referencia: “JWST Reveals Spectral Tracers of Recent Surface Modification on Europa” by Richard J. Cartwright, Charles A. Hibbitts, Bryan J. Holler, Ujjwal Raut, Tom A. Nordheim, Marc Neveu, Silvia Protopapa, Christopher R. Glein, Erin J. Leonard, Lorenz Roth, Chloe B. Beddingfield and Geronimo L. Villanueva, 28 May 2025, The Planetary Science Journal.
DOI: 10.3847/PSJ/adcab9
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