Ariel, la luna de Urano que pudo albergar un océano oculto bajo el hielo

Un nuevo estudio publicado en la revista Icarus por investigadores del Planetary Science Institute (PSI) ha revelado fascinantes evidencias de que Ariel, una de las lunas más brillantes de Urano, pudo haber albergado un océano subterráneo de hasta 170 kilómetros de profundidad. Este hallazgo refuerza la idea de que los océanos ocultos no son exclusivos de los mundos más cercanos al Sol. También están presentes en los confines helados del Sistema Solar.
Un mundo helado con huellas de un pasado activo
Ariel, con un diámetro de apenas 1.159 kilómetros, presenta un contraste sorprendente: superficies antiguas cubiertas de cráteres junto a regiones más jóvenes y lisas. Estas regiones son probablemente moldeadas por criovulcanismo, es decir, erupciones de agua y amoníaco en lugar de lava. La luna también muestra una intrincada red de fracturas, fallas y crestas, signos de que su corteza experimentó tensiones extremas a lo largo de su historia.
“Para que Ariel desarrollara esas fracturas, debió tener un océano bajo su capa helada”, explica Alex Patthoff, coautor del estudio y científico principal del PSI. “El calentamiento por fuerzas de marea, generado por su órbita excéntrica en torno a Urano, habría sido suficiente para mantener ese océano en estado líquido durante millones de años”.
Un océano más profundo que cualquier mar terrestre
Los modelos utilizados por el equipo indican que el antiguo océano de Ariel pudo alcanzar profundidades de unos 170 kilómetros. Esto es unas 40 veces más que el promedio del océano Pacífico terrestre. El resultado sugiere un pasado dinámico en el que el pequeño satélite experimentó tensiones de marea mucho mayores que las actuales. Además, implicaría una órbita más excéntrica que la de hoy.
Curiosamente, este hallazgo se suma a un trabajo previo sobre Miranda, otra luna de Urano, donde los investigadores hallaron señales de un proceso similar. “Estamos empezando a ver que el sistema de Urano podría contener ‘mundos oceánicos gemelos’”, comenta Tom Nordheim, coautor del estudio y científico de la Universidad Johns Hopkins.
El próximo gran objetivo de la exploración planetaria. Hasta ahora, solo conocemos las regiones australes de Ariel y Miranda, exploradas parcialmente por la sonda Voyager 2 en 1986. Sin embargo, las conclusiones de este nuevo estudio ofrecen predicciones. Estas indican lo que podríamos encontrar en las zonas aún inexploradas de sus hemisferios norte: más fracturas, cordilleras y tal vez indicios de una actividad geológica aún más compleja.
Los científicos coinciden en que una futura misión a Urano y sus lunas será crucial. Así se confirmará la existencia de estos océanos ocultos y se comprenderá mejor la evolución de los mundos helados del Sistema Solar exterior.
“Solo necesitamos volver al sistema de Urano y ver por nosotros mismos”, afirma Nordheim.
📖 Referencia:Mace Kelley, M., Patthoff, A., Nordheim, T. et al. (2025). Evidence of a past, deep ocean on Uranian moon Ariel. Icarus, Planetary Science Institute.
Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech/PSI/Mikayla Kelley/Peter Buhler.
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