Vivir en otros planetas podría ofrecer soluciones a problemas como la búsqueda de recursos, la supervivencia a largo plazo de la humanidad y la superpoblación.
A medida que la exploración del espacio avanza y nuestra comprensión del universo se amplía, surgen nuevas posibilidades y desafíos para la colonización espacial. En ese sentido, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), anunció el descubrimiento de dos planetas fuera del Sistema Solar, que son potencialmente habitables.
Los planetas candidatos para colonizar
Dos exoplanetas conocidos como GJ 1002 B y C, ubicados a una distancia de 16 años luz. Ambos planetas extra solares tienen un tamaño similar al de la Tierra y orbitan alrededor de una estrella enana roja dentro de lo que se conoce como la “zona habitable”. Cabe destacar que, a pesar de la lejanía, estos planetas, son considerados cercanos en términos astronómicos.
Debido a que las enanas rojas tienen menos masa en comparación con nuestro Sol, la zona habitable en este caso se encuentra más cerca de la estrella. Por lo tanto, GJ 1002 B, el planeta más próximo a la enana roja, completa una órbita alrededor de su estrella en tan solo 10 días. En contraste, el planeta C tarda 20 días en dar una vuelta completa alrededor de la misma estrella. Por lo que nuestra comprensión sobre el tiempo podría cambiar.
La NASA sostiene que este par de planetas se suma a una lista de otros 10 que presentan condiciones favorables para albergar nuestro tipo vida. Estos “pequeños mundos” se encuentran en la “zona habitable conservadora”, lo que significa que tienen un tamaño inferior a cinco veces la de nuestro planeta.
Las características necesarias para la vida
La “Zona Habitable” es la región en la órbita de una estrella donde existe la posibilidad de encontrar agua líquida en la superficie de un planeta.
La vida tal como la conocemos requiere ciertos elementos clave, como energía solar, nutrientes y agua en estado líquido. Además, el planeta debe encontrarse en la región adecuada de su órbita alrededor de la estrella, conocida como la “Zona Ricitos de Oro”, donde las condiciones de temperatura son propicias para albergar vida en cualquier forma.
Un planeta habitable también necesita una atmósfera que pueda filtrar los niveles de radiación dañina, como los rayos X y los rayos ultravioleta, que emanan de la estrella que orbita. Es importante tener en cuenta que un planeta dentro de la zona habitable puede tener una temperatura cálida, pero si carece de una atmósfera adecuada, no sería apto para la vida.
Los planetas rocosos son los candidatos más prometedores para albergar vida, siempre y cuando cumplan con las condiciones mencionadas anteriormente. La NASA también sugiere que las estrellas de tipo G, como nuestro Sol, son las más propensas a tener planetas en su órbita que puedan albergar vida, lo que las convierte en las más comunes en este sentido.