Los ingenieros de la NASA se reunirán el próximo mes para discutir la posibilidad de apagar los instrumentos científicos para conservar la energía en las naves espaciales Voyager 1 y 2 después de 44 años de servicio.
Imagen de Voyager. Crédito: NASA
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Estas sondas gemelas han atravesado el alcance del campo magnético de nuestro Sol y son las sondas hechas por el hombre más lejanas. Aunque la Voyager 1 tiene cuatro instrumentos que aún están operativos, y la Voyager 2 tiene cinco, las fuentes de energía radiactiva en la nave espacial están produciendo solo el 40% de su capacidad original, lo que hace que los científicos e ingenieros consideren reducir aún más los requisitos de energía para extender las misiones hasta la década de 2030.
Impulsada por una alineación cósmica que ocurre cada 176 años, la NASA lanzó la nave espacial Voyager en 1977 para aprovechar una alineación fortuita de los planetas exteriores que disminuyó el tiempo de viaje a Neptuno de 30 a 12 años. Después de haber navegado con éxito obstáculos como cruzar el cinturón de asteroides ilesos y realizar repetidas asistencias de gravedad, las misiones fueron espectacularmente exitosas.
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La nave espacial Voyager reveló que los satélites de Júpiter y Saturno no son cuerpos muertos y helados como se pensaba anteriormente, sino que son mundos dinámicos y geológicamente activos. Los descubrimientos adicionales incluyeron la amplia variedad de terrenos geológicos a través de las diferentes lunas y gigantes gaseosos, que continúan inspirando a los científicos planetarios a expandir nuestro conocimiento colectivo de estas regiones distantes.
La NASA comenzó a seleccionar componentes menos críticos de la nave espacial en 2019, apagando calentadores e instrumentos científicos específicos para maximizar su longevidad mientras continuaba recopilando datos de plasma y magnéticos sobre el espacio interestelar. Voyager 1 y 2 continuarán sus viajes de ida mucho después de que sus misiones terminen oficialmente. Cada sonda lleva un registro fonográfico chapado en oro codificado con imágenes, sonidos y saludos de la Tierra en caso de que la vida inteligente encuentre y recoja las sondas a medida que continúan sus viajes, con la esperanza muy humana de que no estemos solos en el universo.
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