La composición de Júpiter es similar a la del Sol, principalmente hidrógeno y helio. Las temperaturas en el interior del planeta podrían alcanzar los 50.000°C y los 700°C en los polos según un estudio reciente. Existen estrellas del tamaño de Júpiter en la Vía Láctea, pero ¿Por qué Júpiter no és una estrella? ¿Podría llegar a serlo algún día?
Esta imagen de Júpiter fue realizada por el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA.
Júpiter tomó forma cuando el resto del sistema solar se formó hace unos 4.500 millones de años cuando la gravedad atrajo el gas y el polvo arremolinados para convertirse en este gigante gaseoso. Júpiter tomó la mayor parte de la masa que quedó después de la formación del Sol, y terminó con más del doble del material combinado de los otros cuerpos del sistema solar. De hecho, Júpiter tiene los mismos ingredientes que una estrella, pero no creció lo suficiente como para encenderse.
Hace unos 4 mil millones de años, Júpiter se instaló en su posición actual en el sistema solar exterior, donde es el quinto planeta desde el Sol.
La composición de Júpiter es similar a la del Sol, principalmente hidrógeno y helio. En lo profundo de la atmósfera, la presión y la temperatura aumentan, comprimiendo el gas hidrógeno en un líquido. Esto le da a Júpiter el océano más grande del sistema solar: un océano hecho de hidrógeno en lugar de agua. Los científicos piensan que, quizás a profundidades a la mitad del camino del centro del planeta, la presión se vuelve tan grande que los electrones son exprimidos de los átomos de hidrógeno, lo que hace que el líquido sea eléctricamente conductor como el metal.
Se cree que la rápida rotación de Júpiter impulsa corrientes eléctricas en esta región, generando el poderoso campo magnético del planeta. Aún no está claro si en el fondo, Júpiter tiene un núcleo central de material sólido o si puede ser una sopa espesa, súper caliente y densa. Podría haber hasta 90.032 grados Fahrenheit (50.000 grados Celsius) allí abajo.
Sin embargo, su composición similar al Sol y su masa no han sido suficientes para que Júpiter a día de hoy aparezca como una estrella en nuestro cielo. ¿Llegará a serlo?
Para que eso ocurra necesita que su masa aumente 80 veces, para entonces arder y pasar a ser considerado una estrelle enana roja.
Aspecto que tendría una estrella enana roja vista desde la Tierra a misma distancia que Júpiter durante la noche.
Su brillo no afectaría directamente a la Tierra, ya que solo recibiríamos un 0,02% extra de energía debido a su distancia. Sin embargo, significaría que por las noches tendría un brillo del 60% superior al que recibimos de la Luna, pero de color rojizo.
Las noches serian algo más claras y podríamos ver sin dificultades e incluso prescindir de las farolas. Todo esto evidentemente alteraría algunas especies de animales en la Tierra, lo que podría llevarlos a su extinción o obligarles a seguir un proceso de evolución distinto.
Hoy en día no existe la posibilidad que Júpiter se transforme en una estrella, pero si algún día lo hace podría cambiar el curso de la vida en el Sistema Solar, planetas como Marte recibirían más luz y calor en algún momento, así como las Lunas del gigante gaseoso.