Astrónomos que utilizan el telescopio espacial James Webb (NASA/ESA/CSA) han identificado el proceso detrás de la creación de polvo rico en carbono en el sistema estelar Wolf-Rayet 140, ubicado a 5000 años luz de distancia en la Vía Láctea. Este hallazgo proporciona información crucial sobre cómo los elementos esenciales para la vida, como el carbono, se distribuyen por el Universo.
Un sistema estelar que genera polvo como un reloj
Wolf-Rayet 140 está compuesto por dos estrellas masivas que orbitan en trayectorias alargadas. Cada ocho años, durante su mayor acercamiento, sus vientos estelares chocan y forman conchas de polvo ricas en carbono. Gracias a las observaciones del Webb, los científicos han detectado 17 de estas conchas en expansión, que brillan en luz infrarroja media y se alejan a una velocidad de más de 2600 kilómetros por segundo, casi el 1% de la velocidad de la luz.
“La confirmación de que estas conchas son reales y que se expanden a velocidades consistentes es un descubrimiento emocionante,” afirmó Emma Lieb, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Denver.
Detalles revelados en "tiempo real" por el telescopio Webb
El Webb permitió observar el movimiento de las conchas en tan solo 13 meses, algo sin precedentes en la astronomía. Según Jennifer Hoffman, coautora y profesora en la Universidad de Denver, “estamos viendo cambios visibles en escalas de tiempo increíblemente cortas, lo que desafía la noción de que los eventos espaciales ocurren lentamente.”
Olivia Jones, coautora del estudio en el Centro de Tecnología de Astronomía del Reino Unido, señaló que estos hallazgos posicionan a las binarias masivas como posibles “fábricas de polvo” en el Universo.
Implicaciones para la formación de planetas y galaxias
El polvo generado por este sistema es crucial para entender cómo el carbono, necesario para la vida y la formación de planetas, se esparce en el cosmos. Las conchas más antiguas detectadas por el Webb tienen más de 130 años, y los científicos estiman que las estrellas podrían producir miles de ellas durante cientos de miles de años.
Además, el estudio reveló que el polvo no se distribuye uniformemente. Algunas regiones forman nubes delicadas del tamaño del sistema solar, mientras que otras partículas flotan libremente, todas ricas en carbono y moviéndose a la misma velocidad.
El destino de Wolf-Rayet 140
El futuro del sistema es incierto. La estrella Wolf-Rayet, con 10 veces la masa del Sol, está cerca del final de su vida. Podría explotar como una supernova, dispersando las conchas de polvo, o colapsar en un agujero negro, dejando intacto su legado de polvo cósmico.
“Entender si este polvo sobrevive es clave para responder a una gran pregunta en astronomía: ¿de dónde proviene todo el polvo del Universo?”, comentó Ryan Lau, coautor del estudio y astrónomo del NSF NOIRLab.
Estos hallazgos, publicados en Astrophysical Journal Letters y presentados en la 245ª reunión de la Sociedad Astronómica Americana, ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo las estrellas masivas contribuyen a la composición del cosmos y la formación de nuevos mundos.