El cuerpo SIMP 0136 se encuentra a 20 años luz de la Tierra y podría ser un planeta errante o una estrella fallida

La inmensidad del universo sigue revelando fenómenos sorprendentes, y el último hallazgo del telescopio espacial James Webb ha dejado a la comunidad científica en estado de asombro. Un objeto de proporciones colosales, 13 veces el tamaño de Júpiter, ha sido detectado vagando sin control a través de la Vía Láctea. Este misterioso cuerpo celeste, identificado como SIMP 0136, se encuentra a solo 20 años luz de la Tierra, en la constelación de Piscis.
Los expertos barajan varias hipótesis sobre su naturaleza: podría tratarse de un planeta errante, es decir, un mundo que no orbita ninguna estrella, o bien de una enana marrón, una estrella fallida que no logró acumular la masa suficiente para iniciar la fusión nuclear en su núcleo.
Un gigante que rota en tiempo récord
Uno de los aspectos más sorprendentes de SIMP 0136 es su velocidad de rotación. Según los datos obtenidos por el James Webb, este coloso cósmico gira sobre su eje en tan solo 2,4 horas, lo que lo convierte en uno de los objetos de su categoría con una rotación más rápida jamás observada.
Una atmósfera compleja con variaciones químicas
Los estudios espectroscópicos realizados con los instrumentos MIRI y NIRSpec del James Webb han permitido analizar la composición de su atmósfera, revelando la presencia de moléculas como metano y dióxido de carbono.
"Estos resultados muestran que la abundancia de estas moléculas en SIMP 0136 podría variar según la región y a lo largo del tiempo", explican los investigadores. Esto sugiere que la atmósfera del objeto es dinámica y está sujeta a cambios inesperados, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a su estudio.
Además, el telescopio ha detectado variaciones en las nubes y en la temperatura de este enigmático mundo, permitiendo reconstruir un mapa tridimensional de su estructura atmosférica.

Un hallazgo que podría cambiar lo que sabemos sobre los planetas errantes
El descubrimiento de SIMP 0136 plantea nuevas preguntas sobre la formación y evolución de los planetas errantes y las enanas marrones. Estos objetos, al no estar sujetos a la influencia gravitatoria de una estrella, pueden ofrecer pistas sobre las primeras etapas de la formación planetaria e incluso sobre la posible existencia de mundos similares más cercanos a nuestro sistema solar.
A medida que los estudios sobre este objeto avancen, el James Webb seguirá observándolo en busca de más respuestas. Mientras tanto, SIMP 0136 continúa su viaje solitario por la galaxia, desafiando nuestras concepciones sobre los límites entre planetas y estrellas.