28.000 millones de veces más grande que el Sol, un par de agujeros negros supermasivos ha sido descubierto en una galaxia lejana, batiendo todos los récords conocidos hasta ahora. Este hallazgo, publicado en la revista The Astrophysical Journal, abre nuevas interrogantes sobre la formación y evolución de estos colosos espaciales.
Ubicados en la galaxia NGC 7727, a 130 millones de años luz de la Tierra, estos dos agujeros negros forman un sistema binario, orbitando uno alrededor del otro en una danza cósmica de proporciones épicas. El agujero negro primario tiene una masa 17.000 millones de veces mayor que la del Sol, mientras que su compañero es 11.000 millones de veces más masivo.
Lo que más llama la atención de este sistema es su estrecha proximidad: los dos agujeros negros están separados por una distancia de solo 0,002 años luz, unas 20 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Esta cercanía, junto con sus enormes masas, genera una **intensa interacción gravitatoria** que libera una cantidad colosal de energía en forma de ondas gravitacionales.
El descubrimiento se realizó gracias a la colaboración de dos telescopios espaciales: el telescopio de rayos X Chandra de la NASA y el telescopio espacial de rayos X XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea. Los datos recopilados por estos observatorios permitieron a los científicos medir la masa de los agujeros negros con gran precisión.
Este hallazgo desafía las ideas preconcebidas sobre la formación y evolución de los agujeros negros supermasivos. Se pensaba que era improbable que dos agujeros negros de tal magnitud se encontraran tan cerca uno del otro. La existencia de este sistema binario abre nuevas posibilidades para comprender cómo se forman y crecen estos colosos espaciales en el centro de las galaxias.
Se espera que la futura generación de observatorios espaciales, como el telescopio espacial James Webb, brinden más información sobre este intrigante sistema binario y ayuden a desentrañar los misterios que aún rodean a los agujeros negros supermasivos.