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El enigma de las ráfagas rápidas de radio: un paso más hacia su resolución

Desde su descubrimiento en 2007, las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) han fascinado y desconcertado a los astrónomos. Estas señales cósmicas, extremadamente breves y energéticas, proceden de lugares lejanos del universo y su origen ha sido un misterio que ha dado lugar a todo tipo de teorías, desde eventos catastróficos hasta posibles signos de civilizaciones avanzadas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature arroja luz sobre estas enigmáticas emisiones, sugiriendo que algunas FRB podrían ser generadas por estrellas de neutrones.


El radiotelescopio canadiense CHIME Andre Renard
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¿Qué son las FRB?


Las FRB son destellos fugaces de ondas de radio que duran apenas unos milisegundos pero que liberan una cantidad inmensa de energía, comparable a lo que el Sol emite en un día completo. Desde que se detectó la primera FRB en 2007, los astrónomos han identificado miles de estas señales, todas provenientes de diferentes lugares del cosmos.


Su naturaleza transitoria y la dificultad para predecir su aparición han complicado su estudio. A lo largo de los años, se han propuesto varias hipótesis sobre su origen, desde fenómenos como colisiones de estrellas de neutrones o agujeros negros hasta procesos relacionados con púlsares o incluso emisiones provocadas por tecnologías avanzadas de origen extraterrestre.


El hallazgo más reciente


En este nuevo estudio, un equipo liderado por investigadores de la Universidad McGill, en Canadá, analizó una FRB específica que se originó a 200 millones de años luz de distancia. Esta señal, que duró solo 2,5 milisegundos, mostró un comportamiento sorprendentemente similar al de los púlsares, un tipo de estrella de neutrones que emite radiación en pulsos regulares al rotar.


Los autores del estudio utilizaron el radiotelescopio CHIME (Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment), ubicado cerca de Penticton, Canadá. Este instrumento, diseñado para mapear el gas de hidrógeno en el universo y estudiar fenómenos astronómicos como las FRB y los púlsares, ha jugado un papel crucial en este descubrimiento.


El vínculo con las estrellas de neutrones


Las estrellas de neutrones son los restos ultradensos de estrellas masivas que, tras agotar su combustible nuclear, explotan como supernovas. Estas estrellas tienen una densidad tan alta que una cucharadita de su material pesaría miles de millones de toneladas en la Tierra.


La similitud observada entre la señal FRB estudiada y los púlsares sugiere que al menos algunas ráfagas rápidas de radio podrían estar relacionadas con este tipo de objetos cósmicos. Según Ryan Mckinven, coautor del estudio, "este es un paso más en el camino para desentrañar un profundo misterio cósmico".


Los investigadores creen que las FRB podrían generarse por procesos extremos en la magnetósfera de las estrellas de neutrones, posiblemente vinculados a campos magnéticos intensos o a fenómenos de alta energía en su superficie.


CHIME: la herramienta detrás del descubrimiento


El radiotelescopio CHIME, que comenzó a operar en 2018, es uno de los instrumentos más avanzados para la detección de FRB. A diferencia de otros radiotelescopios, CHIME no tiene partes móviles, pero puede escanear grandes porciones del cielo cada noche gracias a su diseño innovador.


Además de captar las FRB, CHIME está dedicado a crear un mapa tridimensional del gas de hidrógeno en galaxias lejanas, lo que ayudará a los científicos a comprender la expansión del universo y la naturaleza de la energía oscura.


¿Qué sigue en la investigación?


Aunque este hallazgo representa un avance significativo, el misterio de las FRB está lejos de resolverse por completo. Si bien algunas de estas señales podrían originarse en estrellas de neutrones, la variedad de características observadas sugiere que podrían existir múltiples fuentes.


Los astrónomos continuarán utilizando CHIME y otros radiotelescopios para estudiar más ráfagas rápidas de radio, con la esperanza de identificar patrones consistentes que permitan comprender mejor estos eventos.


El descubrimiento de que algunas FRB podrían estar relacionadas con estrellas de neutrones marca un hito en el camino hacia la resolución de uno de los enigmas más fascinantes de la astrofísica moderna. Cada nuevo avance no solo nos acerca a desentrañar el origen de estas misteriosas señales, sino que también amplía nuestra comprensión de los procesos extremos que ocurren en el universo.


El cosmos sigue siendo un lugar lleno de sorpresas, y las FRB son un recordatorio de cuánto nos queda por explorar y descubrir.

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