El telescopio ALMA logró capturar por primera vez burbujas sobre la superficie de una estrella lo que brindaría más información sobre este tipo de fenómenos.
Un equipo de astrónomos logró captar imágenes de una estrella que no es el Sol y que tiene burbujas en la superficie.
De acuerdo con la información, se trata de la estrella R. Doradus que fue captada en julio y agosto de 2023 con el Atacama Large Milimeter/submilimeter Array (ALMA).
En las imágenes se pueden ver gigantescas burbujas de gas caliente de 75 veces el tamaño del Sol y que aparecen en la superficie y se hunden.
Según Wouter Vlemmings, profesor de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia esta es la primera vez que la superficie burbujeante de una estrella se puede observar con tanta claridad.
Es importante destacar que las estrellas producen energía en sus núcleos a través de la fusión nuclear, dicha energía puede ser transportada hacia la superficie de la estrella en forma de enormes burbujas calientes de gas que se enfrían y se hunden. A esta reacción se le conoce como convección y distribuye los elementos pesados formados en el núcleo como el carbono y el nitrógeno.
Cabe destacar que los movimientos de convección no se habían captado en detalle en estrellas que no fueran el Sol, pero gracias al uso del ALMA se pudieron obtener estas imágenes.
Los gránulos de R Doradus parecen moverse en un ciclo de un mes, es decir que es más rápido comparado con el funcionamiento de la convección en el Sol. Aunque aún no se sabe con exactitud porque cambia se cree que es a medida que envejece.
La estrella R. Doradus es una estrella gigante roja que tiene un diámetro de 350 veces el del Sol y esta a unos 180 años luz de distancia de la Tierra y se encuentra en la constelación de Dorado.
Su masa es muy similar a la del Sol y muestra cómo se verá nuestro Sol en unos 5 mil millones de años, cuando se convierta en una estrella gigante roja.
Las estrellas gigantes rojas son de secuencia principal de menos de 8 veces la masa del Sol que se queda sin hidrógeno en su núcleo y comienza a colapsar. Aumenta la temperatura y presión y se vuelve más anaranjada, se puede volver inestable y expandirse creando una nube de polvo y gas en expansión llamada nebulosa planetaria.